Tenosique

La historia del municipio de Tenosique en Tabasco y las vidas de las personas que lo habitan han estado continuamente atravesadas por el paso del tren y sus transformaciones. Primero, con la estación vieja que estuvo a principios de siglo XX ubicada en un antiguo predio, al que llegaban trenes desde Campeche. Posteriormente, con una nueva estación, la construcción del Puente Usumacinta en 1950 y la fusión de Ferrocarriles del Sureste y Unidos de Yucatán para formar Ferrocarriles Unidos del Sureste, que integraron esta región al sistema ferroviario nacional a mediados del siglo pasado.

Con estas transformaciones, la vida en Tenosique, las historias de los trabajadores ferrocarrileros y sus familias cambiaron radicalmente, convirtiéndose en enseñas de profundo esfuerzo y trabajo especializado, cargadas de una fuerte herencia intergeneracional. Las trayectorias de vida de las personas en esta ciudad se vieron marcadas por la movilidad entre los estados de Tabasco, Chiapas, Veracruz, Campeche y Yucatán. Así, el tren, las familias y el sureste mexicano se volvieron un entramado íntimo y complejo de relatos, oficios, intercambios culturales y memorias generacionales que aún hoy resuenan entre quienes siguen habitando las inmediaciones de las vías del tren y presenciaron la demolición de aquella estación nueva construida a finales de los años cuarenta y que hoy, tras su desaparición, da paso al Tren Maya.

En este sitio subiremos a vagones de memorias que se agitan entre los recuerdos de las familias ferrocarrileras, sus personas queridas, los trabajos dignos, los accidentes y los desgastes corporales, las ausencias, las demoliciones, las devastaciones económicas… y muchas otras formas en que el convoy transita por la memoria social de quienes han vivido en las vías de Tenosique durante décadas.